'Continuum' de la violencia: Peligrosos viajes migratorios dentro y fuera del Tapón del Darién

Crédito: Luis Acosta / AFP / Getty Images

Itziri Gonzalez Barcenas

 02 de abril de 2024

A finales de febrero de este año, Médicos Sin Fronteras (MSF) trató action de abordar el aumento constante de la violencia sexual entre los migrantes que cruzan el Tapón del Darién , una "región boscosa y sin carreteras entre Colombia y Panamá" que se extiende a lo largo de unos 100 km. Esta ruta se considera extremadamente peligrosa, pero es la única forma de caminar de Sudamérica a Centroamérica. Entre enero y abril de 2023, más de 127,000 personas cruzaron el Tapón del Darién "lo que supone cinco veces más que en el mismo periodo de 2022." 

La mayoría (más de la mitad) de los que cruzan son venezolanos. La crisis en Venezuela ha provocado un aumento de las personas que huyen del país. A día de hoy, más de 7 millones de venezolanos, aproximadamente el 27% de la población total, han huido "convirtiéndose en uno de los mayores desplazamientos internacionales de la historia del hemisferio". La reciente exigencia de visado por parte de México (21 de enero de 2022) a los venezolanos ha supuesto que aquellos que anteriormente hubieran volado a México como turistas y luego se hubieran presentado en la frontera estadounidense para solicitar el asilo, ya no puedan hacerlo. Por ello, han buscado vías alternativas como el Tapón del Darién.

La violencia prolongada unida a la inestabilidad económica y política hace que cada vez más personas se desplacen más de una vez. Tomemos como ejemplo Marianela Rojas que abandonó Venezuela con sus hijos y se instaló en Ecuador. Tras luchar por encontrar trabajo suficiente, finalmente decidió desarraigarse de nuevo, emprendiendo sola el viaje hacia Estados Unidos. Los grupos armados que operan en el Tapón del Darién son conscientes de las circunstancias excepcionales que llevan a las personas a cruzar la zona y se aprovechan de la vulnerabilidad de los migrantes. La situación es cada vez peor que en años anteriores. 

Luis Eguiluz, Jefe de Misión de MSF en Panamá y Colombia, afirmo que, "ya habíamos atendido a un número muy elevado de personas en diciembre y enero, y se hablaba de muertes puntuales. Pero ahora, en estos últimos ataques, el nivel de brutalidad es extremo: hombres armados detienen a grupos cada vez más grandes de migrantes, entre 100 y 400 personas; los amenazan, los agreden, abusan sexualmente de las mujeres sistemáticamente, delante de otros migrantes e incluso delante de sus familias e hijos. En un episodio reciente, varios migrantes nos contaron cómo mataban a tiros a quienes se negaban a cooperar."

‘Continuum’ de la violencia 

Lamentablemente, la violencia sexual que sufren los migrantes en el Tapón del Darién no se limita a esa región. Un reciente blog de la OIM destaca que hay un "creciente número de mujeres que emigran de forma independiente [y]... el género de una persona influye en su experiencia migratoria, incluidos los riesgos y vulnerabilidades que conlleva su viaje". Además, la violencia sexual no cesa una vez que finaliza su viaje migratorio. De hecho, existe un 'continuum' de la violencia - "distintas formas de violencia de género (VG) que afectan a las mujeres durante los viajes migratorios, y especialmente los forzados, conceptualizados estos últimos como procesos no lineales con diversas etapas espaciales, temporales y de estatus legal asociadas".

La investigación etnográfica llevada a cabo por Nina Sahraoui y Jane Freedman en Francia destaca que "es importante analizar las experiencias de violencia de las mujeres no como incidencias singulares o separadas que se relacionan únicamente con las condiciones específicas que precipitaron su migración y que motivan sus solicitudes de asilo, sino explorar las conexiones y la continuidad entre éstas y las formas en que están arraigadas en estructuras comunes de desigualdad y discriminación". Un artículo publicado en InfoMigrants confirma el riesgo que corren las mujeres y los niños a lo largo de su viaje migratorio en Europa; incluso "tras escapar de la violencia en su país de origen, no hay garantías de que encuentren seguridad al llegar" a su destino. Según relata Sou-Jie van Brunnersum en InfoMigrants, la violencia puede ser incluso inesperada, como le ocurrió a una mujer afgana que escapó a Bulgaria con su familia. Una vez en Bulgaria, se enfrentó por primera vez a la violencia doméstica de su pareja. Pidió ayuda a Mission Wings, una ONG búlgara de derechos humanos. Con su ayuda, pudo obtener el estatuto de refugiada y trasladarse a Alemania con sus hijos. Lamentablemente, es una de las pocas afortunadas que pueden escapar de circunstancias violentas. 

Acción coordinada

Las políticas e infraestructuras nacionales existentes no están bien adaptadas para abordar adecuadamente la violencia sexual que sufren los migrantes tanto durante su travesía como después de llegar a su destino. El objetivo 7, párrafo 23c del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular tiene como meta desarrollar "servicios de asistencia, atención sanitaria, psicológica y otros servicios de asesoramiento, así como el acceso a la justicia y a recursos efectivos, especialmente en casos de violencia sexual y de género, abuso y explotación." Los migrantes que cruzan rutas remotas y peligrosas como el Tapón del Darién están especialmente necesitados de estos servicios. Sin embargo, organizaciones como MSF, que prestan servicios esenciales, han visto interrumpidas sus actividades. Será necesaria una acción coordinada a distintos niveles (local, nacional e internacional) para garantizar que los migrantes tengan cierto nivel de acceso a la atención sanitaria y a los tratamientos esenciales mientras atraviesan territorios nuevos y desconocidos.

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